¡Qué tiempos difíciles son los días en que vivimos! Hacia donde quiera que miremos, oímos hablar de guerras y rumores de guerra. Sin lugar a dudas, las oscuras nubes de la guerra se ciernen sobre muchas naciones y muchos están sufriendo intensamente los estragos de la batalla.

 

Mientras, hemos estado aislados como nación de las guerras que asolan lugares lejanos, cada vez se incrementa más el hablar de "ciclos de guerra" y la forma en que pueden afectar nuestras vidas. Curiosamente, nuestros jóvenes juegan cada vez más juegos de guerra e incluso nuestros hijos están mostrando cada vez más interés por las armas de guerra. De hecho, aunque usemos el término o no, un " ciclo de guerra" está en curso.

 

En tiempos como estos, ¿qué tiene el Señor que decirnos?. Recientemente, mi atención se ha enfocado en Su Palabra para buscar su consejo. Cada vez más, estoy consciente de que mientras que en el reino  de los  hombres las guerras son rampantes, Él nos habla de otro reino, Su reino y nos dice por medio del profeta Isaías:

 

“Acontecerá que en los postreros de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes y será exaltado sobre los collados…. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra”.  Isaías 2:2- 4.

 

 

En lugar de la guerra con su armamento, el Señor nos habla de una cosecha con sus instrumentos. Espadas y lanzas de guerra se convierten en rejas de arado y hoces que son instrumentos eficaces para la cosecha.  Es un cambio de enfoque en Su reino, que sólo el Señor puede realizar en nuestras vidas!  En estos momentos en que una forma guerrera de la vida nos puede atrapar e incluso hacernos ir a la batalla unos contra otros, el Señor nos desafía con las palabras del versículo siguiente:

 

“Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová”. Isaías  2:5

 

 

En vez de una mentalidad de conflictos y guerras, el Señor quiere que le demos la importancia a lo que Él le da importancia,  la gran cosecha. Él quiere que nos enfoquemos en lo que Él está haciendo basado en la preciosa Semilla, Cristo Jesús, que la semilla que ha sido plantada produzca fruto para Su gloria.

 

Señor, haz tu obra en mi vida!  Que pueda ser un portador de arados y hoces; y no de espadas y lanzas!