El Gran Pastor fielmente conduce y alimenta a sus ovejas (Hebreos 13:20; Juan 10).  Somos el rebaño del Señor, llamados a seguir la enseñanza divina de nuestro Señor Jesús.  Él envía Su palabra para instruir a Su pueblo.

 

Con demasiada frecuencia, la Iglesia se encuentra en un estado de desnutrición y enfermedad porque Su rebaño no tiene un corazón manso y dispuesto a aprender.  Más bien, recibimos nuestra llenura de pastos naturales e incluso carnales, sin pensar en las consecuencias espirituales.  De pronto nos preguntamos, ¿por qué estamos en un estado débil y de sequía espiritual?  La respuesta es; porque nos hemos llenado de ideologías de este mundo, y dejamos sin efecto la llenura del Espíritu (Efesios 5).

 

El Gran Pastor es también el Buen Pastor. Verdaderamente Él es todo, completamente bueno y fiel.  Aunque sea un mal de la Iglesia el desviarse, la fidelidad inquebrantable del Señor no niega Su presencia a todos los que tienen hambre por la verdad y la justicia.  Él nos sigue llamando a Sus buenos pastos, donde encontraremos descanso para nuestras almas y fuerzas para el largo viaje.

 

Así como el pastor conoce a cada una de sus ovejas por su nombre, cada oveja es llamada a una comunión personal con el pastor.  ¡Oh, que el corazón de cada uno de nosotros se torne al Señor y que podamos rogarle por un espíritu dispuesto a aprender!

 

Durante las próximas cinco semanas (septiembre 21- octubre 19), estaremos siendo alimentados de la palabra del Señor, a través de la serie de enseñanzas tituladas:

 

         "Vida de la Iglesia – Viviendo en Él. Viviendo por Él.  Viviendo para Él”

 

¿Tienes un corazón dispuesto a ser enseñado hoy?