"He aquí mi siervo, yo le sostendré, mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento;

he puesto sobre él mi Espíritu:  el traerá justicia a las naciones."  Isaias 42:1

 

Cristo Jesús, el unigénito Hijo de Dios, es el Siervo amado del Padre y el único que deleita Su corazón.  

 

Para aprender necesitamos un excelente patrón, un modelo ejemplar a seguir.  Ciertamente, es Cristo Jesús, el Siervo de Excelencia, quien complació al Padre en todas las cosas.  

 

¿Como Sus  siervos, estamos aprendiendo del ejemplo de Cristo?  ¿Reconocemos la obra de Dios en nuestras vidas para formarnos a la imagen de su Hijo Amado, el Siervo por Excelencia, con el propósito de que tambièn le podamos complacer a El en nuestro servicio a El?